Apaga y vámonos: el marido de la ‘ministra de la luz’ nos llama ignorantes

Apaga y vámonos: el marido de la ‘ministra de la luz’ nos llama ignorantes

A Mariano Bacigalupo, marido de la vicepresenta de Transición Ecológica, Teresa Ribera, y consejero de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, le parece un despropósito que «los telediarios abran a diario con los precios del mercado eléctrico». Dice que es «inaudito» e «insólito» que los informativos informen, pero no le parece ni inaudito ni insólito que el precio de la luz haya disparado la factura a máximos históricos. Hombre, lo inaudito, además del precio de la luz, es que el marido de la ministra ‘de la luz’ se descuelgue con unas declaraciones «insólitas» en las que, para más inri, tacha a los españoles de poco menos que estúpidos por indignarse delante de la televisión, a las 15 y a las 21 horas, sin «tener ni idea, ni saber lo que han pagado este mes o hace dos meses».

Este señor, marido de la ministra, dice que habla a «título personal», pero surge la duda de si cuando se refiere a que los españoles no tienen ni idea de lo que pagan habla por boca de su señora. Lo que le faltaba a este país es que un consejero de un organismo público, esposo de la vicepresidenta responsable de Energía, saliera a escena a llamar ignorantes a los españoles. Encima de burros, apaleados. Esta casta de progres que nos gobierna tienen tan alto concepto de sí mismos que los españoles que ven en los informativos de televisión lo que sube cada día el precio de la luz les parecen analfabetos funcionales. Gente vulgar que no tiene ni puñetera y se permite hablar sin saber, incluso, cuánto pagan por la factura eléctrica.

No estaría de más que los españoles hicieran llegar al despacho del marido de la ministra una copia de la factura para que tomara conciencia de que serán muy ignorantes, pero, por la cuenta que les trae, saben perfectamente lo que pagan cada mes. Porque lo que ha sugerido el esposo de Teresa Ribera es que la ignorancia es muy atrevida y los españoles se están quejando de vicio. Este «inaudito» e «insólito» personaje podrá darnos lecciones de cómo funcionan los mercados de la energía, pero de cuánto pagamos, no. Y si tiene a bien, le pase copia de las facturas a su señora.

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